lunes, 25 de mayo de 2009

LA PELUQUERIA: UNA EXPERIENCIA RELIGIOSA

Estas son las típicas cosas que no te planteas hasta que te hacen falta. Después de mes y medio en Arabia el corte de pelo se había convertido en una de mis prioridades.
Lo que ocurre es que me habían contado y había leído tantas cosas que no podía ir a la aventura de ninguna manera.
En uno de los periódicos (http://www.arabnews.com/) había leído sobre la higiene de las cuchillas y los posibles contagios de SIDA y también me habían contado que hay que tener ojito con algunos ambientes "raritos" en los que podías salir con algo más que un corte de pelo.
Como todo, me imagino que parte de realidad y parte de leyenda urbana. Pero no me podía arriesgar, así que preguntando a los más veteranos por fin di con un sitio decente.
Son dos peluqueros turcos que no hablan nada de inglés, pero con un local bastante decente y buen trato.
Para los turcos la peluquería no sólo es un lugar donde cortarse el pelo, sino que el tratamiento capilar y facial es completo. Me pusieron un vaporizador sobre la cara, luego un par de mascarillas y finalmente un masaje facial.
Nada, que me quedó la cara como el culito de un bebé y totalmente relajado.
Y además, me cortaron bien el pelo.
De todo ello tengo testimonio fotográfico, pero me váis a permitir que lo reserve para los ambientes más íntimos. Sin embargo, adjunto una imagen en la que se pueden apreciar todos los productos que usaron conmigo.
Ya digo, toda una experiencia,

3 comentarios:

  1. Nada como un buen peluquero turco:
    http://crispal.blogspot.com/2008/05/barberos-turcos.html

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  2. Salam aleikum

    Admiro tu valentía de cruzado infiel. Otra alternativa era cubrirte como una persona piadosa hasta que llegaras a territorio seguro o la técnica del tazón o esos chismes que uno mismo se esquila,... Después de todo nadie te va a ver.

    pero ya que te has arriesgado y ha salido todo bien, adelante y fiel al turco, como si fuera Ruppert...bueno, mejor que Ruppert. ;)

    Un saludo y ánimo.

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  3. Aleikum Salam Rostam. La verdad es que como suele decirse por qué hay que tener miedo, habiendo hospitales.

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