Las tropas de Arabia Saudi han entrado en Barhein porque según parece así lo ha solicitado el monarca de la isla.
Pero en realidad, yo creo que los motivos han sido muy distintos.
Barhein es para Arabia Saudi lo que la ciudad de Las Vegas es para Estados Unidos, una vía de escape.
En Arabia está prohibido el alcohol, los bares, música, discotecas, cines y hablar con las mujeres que no sean la tuya. Todo eso porque así lo dice el Corán y porque los sauditas son musulmanes muy fieles.
Pero claro, además de musulmanes son seres humanos; y como todos los seres humanos, tienen que cubrir ciertas..."necesidades". ¿Cómo lo solucionaban sin faltar a sus creencias o al menos sin que se note? Fácil. Le decimos a los vecinos que la diversión es buena, que el cine está bien, el alcohol no es tan malo y las mujeres son el 50% de la humanidad y no podemos excluirlas. Así que les permitimos que monten el tinglado y arreglamos un acuerdo para que se pueda cruzar la frontera todas las veces que "se necesite". Y ya os digo yo que los fines de semana hay muchos necesitados (según me cuentan, en lo hoteles en lugar de presentar la carta de almohadas para dormir, presentan la carta de señoritas).
A lo que iba, con todas las revueltas en Barhein los sauditas han dejado de ir. Y claro, las necesidades no se cubren, la tensión aumenta, el malestar crece y las revueltas pueden alcanzar Arabia Saudi.
Así que han tomado cartas en el asunto, no vaya a ser que se prolongue más de la cuenta el jaleo en Barhein y eso pueda colmar la paciencia de los sauditas. Mandamos las tropas, quitamos a los cuatro insurgentes y todo vuelve a su cauce.
Por supuesto, esto es una opinión, incluso una broma y seguro que ha primado el ánimo por ayudar al prójimo más que otra cosa.
