En las últimas semanas he tenido oportunidad de asistir a dos actos en los que los nacionales han demostrado su orgullo por la patria.
Cuando el rey Abdullah regresó de su viaje a Arabia Saudí, cientos de banderas del país ondeaban en las calles. Los ciudadanos colocaron banderas en sus coches, fotografías del rey en los cristales de escaparates y vehículos y salieron a celebrar el acontecimiento. También pudimos ver unas camisetas que decían: "Proud to be Saudi", orgulloso de ser saudi.
En otro acto de una embajada extranjera que celebraba su Día Nacional había banderas, pins del país en la solapa de los asistentes y la mano en el corazón cuando sonó el himno. Impresionante.
En esos momentos sentí envidia, envidia sana del grupo que formaban. Diferentes sociedades y culturas, pero un sentimiento de grupo, de pertenecer a una sociedad que en circunstancias especiales muestran su unión y tienen un referente claro, su país.
Y yo pensé en España, nuestra España querida.
No puedo imaginarme con una camiseta que dijera "Orgullo de ser Español" paseando por ciertas calles de nuestro país. Probablemente saldría con una paliza y puede que detenido por la policía por incitar a la alteración del orden publico o terrorismo callejero.
Pero es que en el resto del país no es un punto a favor llevar camisetas con el titulo "orgulloso de ser español". Por la calle me mirarían raro y pensarían "mira este, debe ser un facha de cuidado, un antisocial, capitalista de m..."
Y me pregunto que nos pasaría en caso de una emergencia o desgracia. Seríamos capaces de aunar esfuerzos o diríamos, "no, a ese no le ayudo que es de la Comunidad Autónoma Pepito, que paga menos impuestos, que con el censo me la jugó y ahora recibe para infraestructuras más que yo. Que se las arregle. Que ya no es de los mios".
Que país, Dios mio, que país...
Cuando el rey Abdullah regresó de su viaje a Arabia Saudí, cientos de banderas del país ondeaban en las calles. Los ciudadanos colocaron banderas en sus coches, fotografías del rey en los cristales de escaparates y vehículos y salieron a celebrar el acontecimiento. También pudimos ver unas camisetas que decían: "Proud to be Saudi", orgulloso de ser saudi.
En otro acto de una embajada extranjera que celebraba su Día Nacional había banderas, pins del país en la solapa de los asistentes y la mano en el corazón cuando sonó el himno. Impresionante.
En esos momentos sentí envidia, envidia sana del grupo que formaban. Diferentes sociedades y culturas, pero un sentimiento de grupo, de pertenecer a una sociedad que en circunstancias especiales muestran su unión y tienen un referente claro, su país.
Y yo pensé en España, nuestra España querida.
No puedo imaginarme con una camiseta que dijera "Orgullo de ser Español" paseando por ciertas calles de nuestro país. Probablemente saldría con una paliza y puede que detenido por la policía por incitar a la alteración del orden publico o terrorismo callejero.
Pero es que en el resto del país no es un punto a favor llevar camisetas con el titulo "orgulloso de ser español". Por la calle me mirarían raro y pensarían "mira este, debe ser un facha de cuidado, un antisocial, capitalista de m..."
Y me pregunto que nos pasaría en caso de una emergencia o desgracia. Seríamos capaces de aunar esfuerzos o diríamos, "no, a ese no le ayudo que es de la Comunidad Autónoma Pepito, que paga menos impuestos, que con el censo me la jugó y ahora recibe para infraestructuras más que yo. Que se las arregle. Que ya no es de los mios".
Que país, Dios mio, que país...
